lunes, 2 de mayo de 2011

¿ Acaso no matan a los caballos? de Horace McCoy


Horace McCoy (Pegram, Tennessee, 14 de abril de 1897 – Beverly Hills, Condado de Los Ángeles, California, 15 de diciembre de 1955) fue un escritor estadounidense de novelas hard-boiled situadas en el periodo de la Gran Depresión. Su novela más conocida es They Shoot Horses, Don't They? (¿Acaso no matan a los caballos?, 1935), que dio origen a una película del mismo título (Danzad, danzad, malditos, 1969).

Entre 1919 y 1930 trabajó como periodista deportivo para el Dallas Journal en Texas, y a finales de los años 20 empezó a publicar historias del género pulp. Durante la Depresión, McCoy se trasladó a Los Ángeles en un intento por ser actor. Como tal trabajó en The Hollywood Handicap (1932). Uno de sus trabajos en Santa Mónica le proporcionó inspiración para una de sus obras más conocidas, They Shoot Horses, Don't They? (¿Acaso no matan a los caballos?), que narra un maratón de baile. Otras novelas con elementos autobiográficos son I should have stayed home (Luces de Hollywood), sobre un joven actor que intenta encontrar trabajo en el Hollywood de los años 30, y No pockets in a shroud, sobre un heroico y poco apreciado reportero.

fuente:Wikipedia

Robert y Gloria al igual que miles de personas llegan a Hollywood en busca de una oportunidad que le haga salir de la miseria en que viven. Son los años de la Gran Depresión, los años 30 y mientras esperan una oportunidad participan en un maraton de baile que parece una forma facil de obtener dinero rapido.


...Me puse en pie. Por un instante vi nuevamente a Gloria sentada en aquel banco del muelle. El proyectil le había penetrado por un lado de la cabeza; ni siquiera manaba sangre de la herida. El fogonazo de la pistola iluminaba todavía su rostro. Todo fue de lo más sencillo.

Estaba relajada, completamente tranquila. El impacto del proyectil hizo que su cara se ladeara hacia el otro lado; no la veía bien de perfil pero podía apreciar lo suficiente para saber que sonreía. El fiscal se equivocó cuando dijo al jurado que había muerto sufriendo, desvalida, sin amigos, sola salvo por la compañía de su brutal asesino en medio de la noche oscura a orillas del Pacífico.

Estaba muy equivocado. No sufrió. Estaba completamente relajada y tranquila y sonreía. Era la primera vez que la veía sonreír. ¿Cómo podía decir pues el fiscal que sufrió? Y no es verdad que careciera de amigos.

Yo era su mejor amigo. Era su único amigo. Por tanto, ¿qué era eso de que no tenía amigos?

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